PABLO SANGUINO
Uno de nuestros artistas manchegos más reconocidos es Pablo Sanguino. Nace en 1949 en El Puente del Arzobispo (Toledo).
En este artista resulta difícil sintetizar la larga trayectoria de su obra, pertenece a una familia de tradición ceramista que se instala en Toledo en 1955. Pablo Sanguino crecerá en medio de alfareros y artistas, en un taller situado en el famoso mirador Del Valle.
En un primer momento desarrolla su labor docente en Toledo y Las Palmas de Gran Canaria, actividad que desarrolla casi una década y que abandona para dedicarse a la producción artística.
Este artista juega con la abstracción y la figuración. Casi nunca acaba una obra sin un claro referente simbólico. Sabe que lo simbólico opera sobre el inconsciente y no permite que su obra deje indiferente a quien la contempla.
Ha cultivado muchas de las disciplinas plásticas, y las ha refundido, algo muy en consonancia con el sentido propio de Arte Nuevo, consiguiendo ser, un artista que domina técnicas diferentes y complejas como son las que se refieren a la cerámica, la pintura o el dibujo, fruto de un largo proceso de formación.
Uno puede comprobar cómo se introducen recursos pictóricos dentro de algo que podríamos llamar escultura, si no fuese porque la técnica es indefinida, a caballo entre el relieve y el collage.
Para concluir diremos que, en la obra del artista toledano se muestra una continua transformación, llena de vida que fluye y se reinventa entre el color, la plasticidad y los sentimientos. Sus pinturas y cerámicas destilan humanidad, toledanismo, sentimientos de paz, armonía y espiritualidad.